Testimonio


Comprometidos con su Bienestar.
Testimonio
Cuando trabajamos en pista, la yegua se paraba y se giraba a morderme las rodillas, aparte de algún que otro susto más. Hubo un momento en el que le cogí mucho miedo a subirme a ella. La mayoría de las personas que tenía alrededor me decían que me deshiciera de ella, que no iba a hacer carrera de ella. Soñadora solo tenía dolor y por suerte me lo decía y no se callaba. En aquel momento llamamos a un quiropráctico y la yegua cambió por completo.
Gracias a ella me adentré en el mundo de la osteopatía equina para poder ayudar a más caballos que como mi yegua tenían dolor. Desde entonces me he ido formando en etología, biomecánica y osteopatía equina.